Dios también ama a los fariseos

Una palabra que se ha puesto de moda, nuevamente, en el mundillo cristiano es fariseo. ¡Ahora todo el mundo es fariseo! Si no piensas como ellos, ¡fariseo!. Si no escuchas a tal cantante, eres cuadrado, de mente cerrada y además ¡fariseo!. Parece el grito de la Vecindad cuando le gritan al Chavo: ¡Ratero, ratero!

Hace unas semanas un gran amigo me dijo «Dios también amó a los fariseos». Enseguida me di cuenta que es verdad, y me ha tomado algún tiempo entenderlo. Y como diría un cantante que no me gusta, vamos aclarando el panorama:

Fariseo

Del lat. tardío Pharisaeus, este del gr. Φαρισαῖος Pharisaîos, este del arameo pĕrīšayyā, y este del hebr. pĕrūšīm ‘separados [de los demás]’.
Seguidor de una secta judaica que aparentaba rigor y austeridad, peroeludía los preceptos de la ley y, sobre todo, su espíritu. (RAE)

Los fariseos eran los maestros de la ley, y así los llamaba Jesús. Venían de una tradición bastante inflexible y con el tiempo se calcificaron en sus curules, como si el conocimiento lo fuera todo. Pensándolo bien, así somos algunos ahora.

Jesús no se pasó insultando a los fariseos, como muchos piensan. De hecho les dedicó tiempo y varias lecciones increíbles. Recordemos que a sus 12 años, de acuerdo al relato bíblico, Jesús pasó tres días en el templo argumentando con los maestros de la ley. La parábola de El buen samaritano fue narrada a los fariseos. Juan 3 es la conversación de Jesús con uno de ellos, Nicodemo, y en eso hay que resaltar que el versículo más memorizado de la Biblia nació en una conversación entre Jesús y un fariseo. No nos olvidemos de eso.

También es necesario reconocer que Jesús puso en su puesto a los maestros de la ley por la manipulación y control que ejercían sobre el pueblo. En nombre de Dios les robaban en la venta de las ofrendas (cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia), establecían reglas que ellos no cumplían (cualquier parecido… ya saben). Jesús fue duro con ellos, muy duro, como debe ser alguien frente a la injusticia. Aún con todas las llamadas de atención que Jesús les hizo, cada tanto se tomaba el tiempo de responder sus preguntas. Aunque la mayoría preguntaba para encontrar errores en las respuestas de Jesús, otros sin duda eran desafiados con lo que el Maestro hablaba.

Si eres fariseo, o si tienes un amigo que es fariseo no te olvides: Jesús también ama a los fariseos.

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