Lo que realmente importa

El dinero no compra la felicidad, pero prefiero llorar en un Ferrari. Plop.

Ocasionalmente pierdo la brújula de mi camino en la vida, de vez en cuando me preocupo de cosas que no debo y eso me trae conflictos. Cuando le dedico demasiado tiempo a algo, obviamente estoy quitándole tiempo a otra cosa.

Preocupados por obtener más dinero perdemos nuestra salud, porque queremos una vida mejor, y al tener los billetes en la mano nos damos cuenta que no estamos felices, hemos olvidado lo que realmente importa.

Tantos padres trabajan fuera de casa muchas horas para dar a sus hijos todo lo que necesitan, sin darse cuenta que lo que los hijos necesitan es tener a sus padres cerca. Novios que, preocupados por el futuro, descuidan el día a día de su relación sentimental. Amistades que se perdieron entre planes de datos, mensajes de texto y falta de tiempoMuchas veces nos preocupamos demasiado por la meta, y nos olvidamos que primero debemos construir el camino.

Tito Robert, un gran amigo y pastor argentino me dijo una vez: ¿cuál es tu mayor prioridad? Respondí que Dios y mi familia eran mis prioridades. Después de escuchar mi respuesta me pidió escribir en una hoja las cosas a las que más dedico tiempo en el día, en las que resaltaron el trabajo, la música y las conversaciones con mis amigos por internet. Tito me dijo «tus prioridades están determinadas por lo que haces cada día». Ese día me di cuenta que mi prioridad era estar conectado a internet y hablar con mis amigos, ni Dios ni mi familia recibían tanto tiempo de mi parte.

Hace un par de meses estuve muy preocupado de cómo conseguir más dinero, hacía planes, pensaba ideas de negocio, en ocasiones no podía dormir al pensar en las cosas que debo pagar y que el dinero no alcanza. Dios se dio cuenta de mi situación e hizo algo muy importante: llamó mi atención.

Tuve una infección intestinal que me llevó al hospital y me tuvo con dieta por dos semanas. La doctora indicó que casi no tenía flora bacteriana, y todo lo que comía me haría daño. En cuestión de segundos dejé de pensar en el dinero, en los negocios, y lo único que tenía en mente era a mi familia y a la persona que amo, que son quienes están cerca cuando lo malo pasa. Sólo podía pensar en despertar un día más y estar con ellos. Lo que realmente importa es tener personas que nos aman a nuestro lado, aunque no tengamos todo el dinero del mundo. No me sirve de mucho tener un bolsillo lleno si el corazón está vacío.

  • Cuando la enfermedad llega, ya no importan tus títulos.
  • Cuando la soledad llega, el orgullo no nos sirve de nada.
  • Cuando la persona que amas se va, tus argumentos ya no tienen sentido.
  • Cuando Dios está en medio de todo, hay otra oportunidad.

Amigo lector, ¿qué es lo que realmente importa en tu vida?

Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

-Jesús

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