El huevo se rompe desde adentro

Los pollitos dicen pío, pío, pío
cuando tienen hambre y cuando no tienen wifi.
#PíoPlop

Hace unos días un amigo me dijo «Jimmy, parece que tú tienes una coraza a tu alrededor, algo que te defiende por temor». Yo sabía de lo que hablaba, mi coraza se llama sarcasmo e ironía y la uso desde hace muchos años para defenderme de quienes quieren burlarse de mi. No siempre me protege pero me permite atacar antes de que otros me falten al respeto.

Mientras conducía el otro día le decía a Dios «Qué voy a hacer con este genio de perro que tengo!». Pensé «Si la gente no me provoca, entonces no me enojaré y seré el angelito que soy» pero me encontré con este versículo:

Jesús le respondió:
—Te digo la verdad: el que no nace de nuevo, no puede tener parte en el reino de Dios.

Nacer de nuevo? Quiere decir que el cambio es desde adentro? No! Yo quiero que cambien los que me rodean, que ellos sean buenos conmigo y yo me comportaré bien con ellos. Pero que difícil! Resulta que no son otros los que deben cambiar, sino yo. El huevo se rompe desde adentro, no desde afuera.

No esperes que otros cambien ni que los cambios sucedan afuera, es dentro de ti que Dios quiere empezar tu transformación. Debes ser responsable y aceptar que sólo con él en ti las cosas sucederán.

El pollito cuando nace rompe su cascarón desde adentro, la mariposa cuando sale del capullo lo abre desde adentro. Para romper ese escudo que te rodea, el cambio sucede desde adentro. Si Jesús está dentro de ti, llegará el día en que se rompa tu caparazón.

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