La lechuga y Nietzsche – Parte II

«Dios está muerto»
-Nietzsche

«Nietzsche está muerto»
-Dios

Plop filosófico.

Como dije en una publicación anterior, los cristianos en lugar de protestantes somos protestones. Recuerdo mis años en el colegio (secundaria, high school, etcétera). Fueron años muy interesantes y en ciertos momentos, confusos. Mis amigos empezaron a formular preguntas para las que yo no tenía respuesta. Sobretodo recuerdo cuando hablaban de Nietzsche.

En mi mundillo cristiano estaba prohibido leer a Nietzsche porque era quien había «matado a Dios». Para él, sólo las personas de carácter débil creían en una divinidad, así que yo no había leído nada de él, y no quería hacerlo; al parecer era autor «No apto para cristianos».

A Nietzsche se sumarían más autores en la lista de mis amigos: Schopenhauer, Kant, Heggel, además de las perspectivas griegas de la existencia. ¿Y yo? Yo estaba leyendo un librito de cristianos que decía: Repite este versículo todos los días y Dios te va a prosperar. Fail.

Cuando vemos la historia de Daniel y sus amigos encontramos esta descripción

A estos cuatro jóvenes Dios les dio aptitud excepcional para comprender todos los aspectos de la literatura y la sabiduría; y a Daniel Dios le dio la capacidad especial de interpretar el significado de visiones y sueños.

Ahí dice todos los aspectos de la literatura. ¡Wow! Recordemos que ellos estaban en una cultura ajena a la suya, no estaban en un pueblito cristiano, ni en una comunidad de jóvenes que quieren cambiar el mundo con un par de camisetas con versículos. Estaban en un reino extranjero, con idioma, costumbres, religión, literatura y cosmovisión totalmente diferente a la de ellos y aún así ¡ellos conocían todos los aspectos de la literatura y la sabiduría! No se sentían amenazados por el conocimiento, ¡lo dominaban a la perfección! Nadie sabía más que ellos, y además de saber eran tan sabios para interpretarlo.

Es hora de que seamos como Daniel y sus amigos, que conozcamos todos los aspectos de la literatura y cultura de nuestros pueblos. Que cuando te cuestionen con argumentos nietzscheanos sobre tu fe, estés listo para argumentar, debatir, cuestionar y afirmar lo que crees. Debemos tener fe, pero también debemos tener la capacidad de responder las preguntas que tiene nuestra gente.

Esto es La Lechuga y Nietzsche – Parte II. Si quieres leer Lechuga – Parte I haz clic aquí

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