La carrera del hámster

Increíble la carrera del hámster en su rueda, que corre tan rápido como puede y aún así no llegará a ningún lugar. Parecida su carrera a la nuestra.

Estamos corriendo y corriendo, cada vez con más fuerza, con más ganas, con más «determinación», leyendo frases motivacionales en Facebook y siguiendo a influencers en Instagram que nos recuerdan que lo lograremos, no sabemos qué pero lo lograremos.

Cada vez con más decisión hasta que un día nos cansamos, nos bajamos y nos damos cuenta que con tanto correr no llegamos a ningún lado. Tanto esfuerzo nos desgastó, sin duda nos ocupó mentalmente, pero no nos acercó a una meta.

¿Quién te dijo que la vida se trata de pasar ocupado?

«Mientras otros duermen, tú trabaja» leí por ahí, un disparate por donde se mire, pero esa es la cultura de la autoexplotación. Nos quejábamos de nuestros padres, nacidos en los sesentas y setentas. Los criticábamos por estar ausentes de casa. Ahora estamos presentes físicamente, pero nuestra cabeza está en cualquier otro lugar.

No corras en la rueda del hámster que no te lleva a ningún lugar. Dios no te diseñó para reventarte a punte proyecto y objetivo. No naciste para cargar llantas incansablemente a fin de inflarte y tomarte fotos ni para pasar con el calendario lleno, como si eso fuera medidor del éxito.

…me dispuse a aprender de todo: desde la sabiduría hasta la locura y la insensatez; pero descubrí por experiencia que procurar esas cosas es como perseguir el viento.

Eclesiastés 1:17 (Versión NTV)

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