Señora, si su «bebé» tiene 30… ¡déjelo ir!

«Tengo 30 y mis padres no están de acuerdo con que me independice»

Recibo ese mensaje muy seguido cada mes. Chicos y chicas frustrados porque quieren dar pasos de crecimiento, de madurez y se encuentran con un impedimento: sus padres y los sermones heredados de la cultura, del machismo, de una mala interpretación bíblica.

(aunque el título menciona los 30, la verdad es que ¡debería ser muchísimo antes!)

Que la gente va a hablar mal de ti 

Es uno de los argumentos que utilizan muchos padres para impedir la independización de sus hijos, pero sincerémonos: la gente es chismosa y lo que no ve, se inventa. Si haces, hablan; si no haces, hablan. Es necesario entender qué es más importante, ¿el crecimiento de mi hija, de mi hijo o complacer a gente que ni siquiera hace algo por nuestra familia?

Estamos tan atados a la opinión externa que impedimos a otros caminar porque no queremos que se burlen de sus pasos. Es una de las razones más absurdas y a la vez más profunda en nuestra sociedad latinoamericana, en la que nos deslumbramos por las apariencias. ¡Qué importa si tu vecina chismea sobre tu hijo que se fue a vivir aparte! Si eso le sirve a él para crecer, la primera orgullosa de él deberías ser tú, mamá.

Que las mujercitas deben salir casadas es otro de los argumentos

¡Oh pobrecitas, las mujeres no pueden ser responsables de sus finanzas y de su vida sin un hombre a lado! Es hora de comprender que una mujer tiene el mismo derecho del hombre a decidir sus pasos, a elegir lo que le conviene, sea cual sea su estado civil.

Esta razón es heredada del pasado, en la que las mujeres casi eran un mueble del hogar, no se movían, no salían, no opinaban y solo abandonaban a la familia si había otro hombre dispuesto a estar con ellas. ¿Tenía sentido? No, ¿tiene sentido ahora? Tampoco. Nunca ha tenido sentido, es algo que se ha sostenido bajo la premisa del machismo de que la mujer no, el hombre sí. La mujer no puede, el hombre sí. Como creyentes, si creemos que realmente Dios nos hizo iguales a hombres y mujeres, entonces el argumento carece de sustento bíblico, mucho menos de sentido común.

Que ese no es el plan de Dios, y ahí pregunto claramente ¿según quién?

En la Biblia no hay un mandamiento que indique que hijos e hijas deben quedarse en casa hasta que alguien les pida matrimonio. Algunos dirán que Rebeca salió de su hogar cuando le propusieron matrimonio, pero entendamos que la lección de ese pasaje no es sobre «cuando dejar salir a una hija» sino sobre la confianza en Dios. Si queremos ponernos bíblicos, deberíamos seguir dando ganado por una mujer y listo, seguir tratándola como si fuese mercancía.

Es que quiere dedicarse a las fiestas y llevar chicos al apartamento.

Es una situación que suponemos, que puede o no ser así, y como dijo alguien cercano hace unos días ¿y si así fuera, qué? Ya no es responsabilidad de los padres velar por cada decisión de los hijos. Hablamos de adultos de 25, 30, 35 años, que lidiarán con las consecuencias de sus acciones. Como papá o mamá puedes decir «hicimos lo que estuvo en nuestras manos, de aquí en adelante son responsables de sus decisiones».

En conclusión…

Papá, mamá, mira alrededor. Ni siquiera las aves se quedan eternamente en el nido con sus progenitores. Es necesario salir, equivocarse, atinar, tropezar o avanzar. A veces pensamos que retener hace bien, pero ni siquiera el agua estancada sirve para algo. No seas un estorbo en el crecimiento de tus hijos, en lugar de eso podrías ser un aliado, un apoyo, una compañera. Si es hora de dejar el nido, que cuenten contigo para arriesgarse a volar.

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