Salmos para momentos difíciles: Salmo 22

Hay salmos que nunca veremos en camisetas, posters, jarros, porque no son muy alegres, no parecen muy bonitos. No nos damos cuenta que antes de un salmo tan esperanzador y popular como el salmo 23, hay un salmo 22.

El escritor empieza con el siguiente reclamo:

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
¿Por qué estás tan lejos cuando gimo por ayuda?
Cada día clamo a ti, mi Dios, pero no respondes;
cada noche levanto mi voz, pero no encuentro alivio.

¿Alguna vez has sentido que Dios te abandonó, que está lejos y que no te escucha? El autor del salmo 22 se sintió así. Está preocupado, angustiado, incómodo, inseguro. Su honestidad nos permite identificarnos con él, saber que es natural asustarnos ante todo lo que sucede.

Después de los primeros versos, el escritor se sincera aún más, contando cómo se siente y hablando a Dios con esperanza y necesidad. A veces, eso necesitamos hacer, hablar con Dios sinceramente, contándole cómo nos sentimos, pero también diciéndole qué esperamos de él, no para darle órdenes, sino para escuche de nuestra boca lo que hay en nuestro corazón.

¡Oh Señor, no te quedes lejos!
Tú eres mi fuerza, ¡ven pronto en mi auxilio!

Salmo 22:19

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