Mujer, puedes decir no

Hace algunos meses me he dado cuenta que me cuesta demasiado decir la palabra NO.

Recuerdo que siempre escuché que una mujer debe ser amable, sociable, siempre dispuesta ayudar a otros con una sonrisa, que debe poder servir a los demás sin complicaciones.

En varios aspectos (casa, trabajo, amigos, la iglesia) el que una mujer se niegue a hacer ciertas cosas o ser parte de otras la convierten en alguien “antipática”.

Nos enseñaron a siempre estar para otros, nos enseñaron a ser bomberos en apuros y que en algún momento tendremos que acostumbrarnos a que nuestro tiempo puede esperar por que hay que ocuparnos de algo más.

Personalmente algunas veces me sentí culpable por no saber decir NO.

  • Debo aprender a decir NO cuando no tengo tiempo para algo o cuando la carga es mucha. Decirlo no me hace menos capaz en lo que hago.
  • Debo decir NO a estar cerca de gente que irrespeta o lastima. Decirlo no me hace menos amigable o antipática.
  • Debo decir NO a aquello que no quiero hacer o no me interesa. No seré aburrida o cobarde.
  • Debo decir NO cuando mi trabajo o esfuerzo es menospreciado. Les enseño a los demás cuánto valgo.
  • Debo decir NO a complacer a los demás y ser la dama perfecta.

Controlar lo que haces y lo que recibes te convierte en algo más que ese “vaso frágil”, te da lugar entre el grupo que tiene “espíritu de valentía y dominio propio”, ese grupo del que habíamos olvidado que pertenecemos.

Scroll al inicio