Julio 30: Estoy cansado

Estoy cansado. Cansado de oír y leer desde hace más de cuarenta años la misma cantinela. Cantinela en forma de avivamientos que se avistan en el horizonte , y discursos que dicen la necesaria renovación de la iglesia. Y sí, hay razones, especialmente, para afirmar lo último. Pero estoy cansado, muy cansado. Poco, y digo poco por ser positivo, hemos cambiado los que conformamos la iglesia, y el avivamiento, que desde antiguo han afirmado los que van por la vida de profetas, no ha llegado, ni se le espera.

Sí, estoy cansado, pero me permito un requiebro propiciado por la esperanza que habita en mi corazón. Quiero pensar que a las seguidoras y seguidores de Jesús de Nazaret solo nos quita el sueño una cosa: la búsqueda del reino de Dios y su justicia. De ahí que nos desvelamos y fatigamos en la magna obra de ser comunidad de Jesús, comunidad cristiana. Sabemos que el mejor servicio que podemos realizar a favor de las personas que pueblan nuestro mundo es construirnos como iglesia/comunión según el deseo de Jesús y sus discípulos de primera hora. No deseamos echar el vino nuevo en odres viejos, porque sabemos que de hacerlo así, será cuestión de tiempo que el vino nuevo se pierda, y eso es algo que no deseamos.

Por ello, continuamos en la lucha diaria creyendo en esperanza contra esperanza, sabedores de que Dios siempre cumple con su palabra. Llegará el día en que los dolores de parto finalizarán, y el otro mundo posible -según Jesús de Nazaret- será alumbrado en medio de la historia.

Por lo tanto, seguimos en la gracia de Dios construyendo futuro. Y lo haremos a pesar del cansancio.

Soli Deo Gloria

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