Cuando el amor no es suficiente

Al estar enamorados sentimos que volamos, que la otra persona no tiene defectos, que somos inmensamente afortunados de haber encontrado el “verdadero amor”. Lo cierto es que al inicio de toda relación, la magia y la química del enamoramiento nos embargan, a unos más que a otros; sin embargo, con el paso del tiempo surgen complicaciones y cambios en la relación que la desestabilizan. 

Existen algunas que deben izar una bandera roja en tu mente y hacerle pensar a tu corazón que la relación no va por buen camino:

  • No te sientes cómodo contigo mismo: Sientes tristeza en la relación, un vacío en tu interior o sientes que has perdido el sentido de estar junto a esa persona. Si es así es probable que algo no esté funcionando, que haya algo que molesta tu felicidad, que hace que te sientas mejor cuando tu pareja no está o que sientas con su presencia que te falta algo. 
  • Recurres constantemente al pasado: Es posible que desde hace algún tiempo ya no sientas gozo en el presente de tu relación y que constantemente te encuentres añorando lo hermoso que era estar con esa persona en un inicio, por los detalles o por la magia, o que al recordar como solía ser la persona o la relación pienses que “seguramente solo sea una etapa, ya cambiará” o “cuando demos el siguiente paso todo será diferente”.
  • El compromiso es más fuerte: Sientes que algo que él/ella hizo por ti fue tan importante que si tú no lo apoyas en este momento difícil no sería justo, o sientes que lo prometido y el amor que en un inicio juraron te ata a esa persona. 
  • Tu integridad peligra: Has comprometido no solo tu integridad física, sino todo lo que te construye como persona: tu personalidad, tus creencias, tu esencia, tus gustos, etc… por permanecer con esa persona.

Que exista o haya existido un gran amor por la otra persona no quiere decir que siempre sea así. Hay ocasiones en las que el amor no subsana lo que hemos vivido, en lo que nos hemos convertido o lo que sucede actualmente con la relación. 

Hay momentos en los que al poner las cartas sobre la mesa y mirar con claridad el panorama de nuestras vidas podemos ver que hay cosas que no andan bien o que no nos hacen felices. Cuando el piso de nuestra relación se siente como arena entendemos que el mejor consejero será Dios. Debemos y podemos pedir ayuda cuando amerita, pero para tomar la siguiente decisión no hay mejor consejero que Él. 

No toda relación está condenada una vez que se ha enfriado o que te encuentras en una de las circunstancias antes mencionadas, todo depende del amor que exista y la voluntad que haya de luchar por el amor que queda. 

Si sientes que en la lista de pros y contras la balanza es demasiado negativa o que te ahogas junto a esa persona, pues, posiblemente el amor no sea suficiente para luchar por lo que un día se esperó durase siempre.

No por amar o haber amado merecemos quedarnos donde somos infelices o lastimados, la pregunta es: ¿es este amor suficiente para luchar?

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