Agosto 21: Daniel y las políticas públicas de Babilonia

 

En una época en la que los cristianos pedimos una legislación a favor de nuestras creencias, quiero recordarles una historia sobre fe y política. Últimamente veo cristianos demasiado susceptibles, con miedo a ciertas leyes y políticas gubernamentales. Creemos que un texto nos prohibirá creer en Dios, orar, pero al ver la historia de Daniel me doy cuenta que no hay foso de leones que detenga la oración del creyente.

Hace algunas semanas pensaba en Daniel, el israelita que fue cautivo a Babilonia, que fue alejado de su cultura, de su templo y de su pueblo. No solo eso, sino que fue capacitado por la escuela de Babilonia para hablar su idioma, conocer sus costumbres, sus deidades, y lo hizo con excelencia. Hago esta aclaración porque nos olvidamos que Daniel no estudió Hebreo bíblico, Introducción al Antiguo Testamento sino «en todas las ramas del saber, que estén dotados de conocimiento y de buen juicio y que sean aptos para servir en el palacio real. Enseña a estos jóvenes el idioma y la literatura de Babilonia» (Daniel 1:4 NTV)

Además de eso, habían personas malintencionadas que odiaban a Daniel porque hacía las cosas con excelencia y varios reyes confiaban en él más que en los sabios babilonios. No encontraban ningún error en su trabajo, así que hicieron una ley nacional para prohibir la oración y adoración a otro que no fuere Darío, el emperador. Era la única manera de hacer caer a Daniel.

Pronto Daniel demostró ser más capaz que los otros administradores y altos funcionarios. Debido a la gran destreza administrativa de Daniel, el rey hizo planes para ponerlo frente al gobierno de todo el imperio.

Entonces los demás administradores y altos funcionarios comenzaron a buscar alguna falta en la manera en que Daniel conducía los asuntos de gobierno, pero no encontraron nada que pudieran criticar o condenar. Era fiel, siempre responsable y totalmente digno de confianza.

Finalmente llegaron a la siguiente conclusión: «Nuestra única posibilidad de encontrar algún motivo para acusar a Daniel será en relación con las normas de su religión».

Daniel 6:3-5 NTV

A pesar de tener una ley en contra, Daniel vivía su fe.

Cuando lees la historia completa de Daniel te encuentras con la ley que prohibía adorar u orar a otro que no fuera el rey Darío. Eso no detuvo a Daniel, aún una política pública, una ley nacional no le impidió vivir su fe. Podríamos decir que a Daniel lo odiaban por creer en Dios, pero no era eso sino su manera de trabajar, su manera de actuar, en general su manera de vivir.

Tengo algunas preguntas:

  • ¿A la gente le molesta que seamos cristianos o le molesta que lo digamos y no lo demostremos?
  • ¿Es posible vivir tu fe en un mundo que se parece más a Babilonia que al reino de los cielos?
  • ¿Si Daniel no renegó del lugar donde estaba, si se capacitó aún en ramas del conocimiento que iban en contra de su fe, es posible que nosotros lo hagamos también?
  • ¿Nos caracteriza la excelencia de Daniel?

Me pregunto si mi cristianismo les incomoda a otros por los resultados o por la incoherencia. A Daniel no lo odiaban por ser creyente, sino por ser excelente y aún con leyes en contra supo confiar en Dios y seguir adelante.

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