«Tengo 16 años, soy católica y no quiero ir a la iglesia»

No me lo dijo ella, sino su papá. Y la entiendo, yo tampoco quería ir a la iglesia a los 16, o a los 18, a los 20, este domingo que viene. Plop.

Hoy quiero escribir una carta para ti, que no te gusta ir a la iglesia, que te molesta despertarte el domingo y dejar de dormir para ir a la reunión, en la cual siempre se repite lo mismo, las mismas caras, la misma gente, la misma hipocres… perdón, me exalté. Continuemos. Esta carta es para ti, que no te gusta oír música cristiana, que estás cansado de los cristianos que hablan y no hacen nada más que criticar y que quieren cambiar el mundo yendo a la iglesia o llevándote a ella. Empecemos.

Querida amiga de 16 años que eres católica y no quieres ir a la iglesia,

Te diría «Hola, que Dios te bendiga» pero soy muy malo saludando al estilo cristiano, así que te diré ¡Holi! porque así me enseñó mi hermana a saludar. Que chévere que leas el blog y que te guste, deben haber personas que lo leen y no les gusta, están equivocados. Hoy te escribo porque me contaron que no te gusta ir a la iglesia evangélica a la que va tu papá, lo cual me parece muy bien, porque a la igle no hay que ir porque te llevan, sino porque quieres.

Debes tener tus razones para no ir: que la reunión es domingo, que siempre es lo mismo, que es aburrido, que son puras señoras y señores llorando o demasiado serios, que las iglesias están llenas de hipócritas, que en lugar de ir a estar sentada por un par de horas podrías hacer otra cosa, incluso dormir (¡me gusta dormir!) Bueh, debes tener tus razones para no ir y sea cual sea, la respeto y apoyo porque a mi no me gusta despertarme el domingo, ni para ir a la iglesia ni para nada. El séptimo día Dios descansó, así que yo sigo su ejemplo con mi almohada cuando puedo.

Hoy quiero apoyarte en tu decisión, quiero decirte que si no quieres ir a la iglesia no vayas, porque la verdad si es medio aburridín, pero también quiero decirte que cuando quieras venir serás recibida. No se quién eres, ni siquiera se si irás a mi iglesia, pero si vas, intentaré sonreír y decirte «¡Bienvenida!» o mejor «¡Holi!».

También quiero decirte que Dios no es la iglesia, y que aunque algunos no somos un gran ejemplo de lo que es ser cristiano, nos esforzamos por serlo. Y también que si quieres ir a la iglesia católica, que es de la fe que profesas, vayas. (Te comparto un secreto, a veces yo voy a misa, me gusta mucho escuchar a los curas predicar, son muy claros y dan muy buenos ejemplos. No se demoran tanto como los pastores de las iglesias que cuando dicen «Para ir terminando» quiere decir que aún falta media hora de sermón. Pero debes saberte todas las oraciones que recitan)

Algo que quiero pedirte es que estés muy atenta a la vida de las personas que te invitan a la iglesia. Si son personas que realmente viven lo que predican (aunque algunos ni predican ni viven lo que dicen ni nada) entonces dales una oportunidad. Pero si te invitan a la iglesia y no viven lo que dicen, con mucho cariño puedes decirles «Iré contigo a la iglesia cuando vivas lo que dices». La gente debería ser cristiana afuera de la iglesia, adentro es fácil fingir. Alguna vez a mi me dijeron «Tú vives invitándonos a la iglesia pero eres peor que nosotros.» Desde ese día he dejado de invitar a las personas a la iglesia, prefiero que vean en mi vida a Jesús, aunque no siempre lo logro.

Me da mucho gusto que leas el blog, en serio, y si de alguna manera aporta para tu vida espiritual me alegro mucho. Tu fe en Dios va a crecer donde quiera que estés, en casa, en el colegio, en un autobús, o leyendo esto. Recuerda siempre que Dios está en todo lugar, aunque no vayas a la igle, él está pendiente de ti.

Debería agregar algún versículo a esta carta para que parezca escrita por un buen cristiano, pero no lo haré :)

Tu amigo bloguero,

Jimmy.

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