Amor a un like de distancia

-Hijo, como te va con tu noviecita, la del Facebook
-Bien papá, hoy estamos de celebración
-¿De verdad? ¿Aniversario?
-No, cumplimos dos meses del primer like en una foto
#Plop.

Debo reconocer que soy parte de esta generación digital, apresurada, instantánea, que se emociona por comentarios, mensajes por inbox y notas de audio en Whatsapp. Soy parte de este movimiento digital en el cual debes actualizar tu estado, tus fotos, tus tuits, tus snaps. Una generación que vive más allá que acá, dirían los padres.

Y en medio de todo ahora tenemos también aplicaciones para encontrar pareja, ya sea para un rato apasionado o para salir por un café. Es que el riesgo de ser aceptado o rechazado ha sido cambiado por un par de clics, un par de «me gusta», esperando por un match y pasar un buen rato, sea cual sea tu interpretación de eso.

Me pregunto que dirían nuestros antepasados los cavernícolas, que con garrote en mano demostraban sus destrezas con la herramienta para domar tiranosaurios y mamuts. De seguro se avergonzarían de saber que los hombres ahora se han olvidado qué significa serlo, que se atemorizan ante la oportunidad de salir con alguien porque «no quieren algo serio».

Que diría aquella mujer de las cavernas, valiente, esforzada, que sin temor aceptaba compartir con un tipo un tanto rústico pero osado, que estaba dispuesto a todo por defender a su amado y a su familia. Ahora la valentía sirve para defender un feminismo que dista mucho de lo que Dios diseñó: una saludable, atractiva y valiosa feminidad.

Que bueno que Dios no buscó a Adán o a Eva en Amazon ni en Tinder, sino que la diseñó parte por parte, trabajando cada gesto, mueca y expresión de afecto. «No es bueno que estés solo, te haremos ayuda idónea» dijo el Creador, antes de sacarle una costilla recordando que va más allá de un encuentro casual, es un proceso de compartir con alguien que se convertirá en parte de ti.

Hay cosas que no encontrarás en Google, por ejemplo el amor, para todo lo de más, recuerda que Dios siempre está a una oración de distancia. Y después de la oración, es hora de tomar tu teléfono y decirle «hola (inserte nombre aquí), quisieras ir por un café?»

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