«El teacher Jimmy»

Los pollitos dicen pío pío pío, cuando tienen hambre y cuando ven que la cena de navidad será el tío pavito. Plop.

Hace 5 años, en una época difícil de mi vida porque no tenía dinero para estudiar ni trabajo fijo una amiga me invitó a ser profesor de música en su centro infantil. Sinceramente, dudé de aceptar y estuve a punto de no ir a trabajar el primer día porque no me consideré capaz, y porque esperaba otro trabajo, uno con más dinero o con un cargo ejecutivo, pero fui.

Mi primera impresión fue extraña: una docena de niños sentados, calladitos, esperando a que les presentaran al nuevo profesor. Me presentaron como «El Teacher Jimmy» y los niños con cierta inquietud me miraban. Cantamos una primera canción, la segunda, les pregunté su nombre y habíamos terminado la primera clase.

A la segunda clase fui con un poco más de expectativa, a la tercera de la misma manera, hasta que cada ocasión que llegaba alguien gritaba «¡Teacher Jimmy!» Y ese saludo no lo podía comprar con todo el dinero del mundo, aquellas dos horas semanales se convirtieron en uno de mis tiempos favoritos de la semana. Mi alumna más pequeña tenía 1 año y 5 meses y la mayor estaba por cumplir 4 años.

Di clases allí por 9 meses, una de las mejores experiencias de mi vida. Terminamos el año lectivo y no pude comprometerme para el siguiente porque me invitaron a trabajar en donde estoy ahora, que era un sueño de toda mi vida. Mi tiempo de «teacher» había terminado al parecer.

Hace una semana iba camino al local de almuerzos, como cada día, cuando de repente escuché una voz que gritó «¡El teacher Jimmy!». Sorprendido regresé a ver y ¡era una de mis alumnas!. Le dije ¡Camila cómo estás!. Me abrazó y me contó cómo le está yendo en su nueva escuela, me dijo que sigue cantando y que aprende música con su profesor. Me despedí y mientras me alejaba su compañera le dijo «¿y quién es él?», Camila le respondió «Es el teacher Jimmy, él me daba clases de música en mi otra escuela».

¿Cómo es que una decisión tan pequeña puede afectar nuestras vidas y aún más la vida de otros?

Lo que fue una decisión por necesidad, Dios lo convirtió en una experiencia de vida. Ahora tengo 12 adolescentes a quienes trato de enseñarles lo que se, y me doy cuenta claramente que lo que viví hace 5 años me estaba preparando para lo que hago hoy, y me sorprendo aún más al saber que lo que vivo ahora es una preparación para lo que vendrá. No se que sucederá con mi vida, y no saberlo me entusiasma.

He entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo;

-Salomón.

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