10 cosas sobre ser el hijo del pastor

  1. Yo no elegí ser hijo de pastor.
  2. Mi papá no eligió (en un principio) ser pastor.
  3. En la iglesia, si hacía algo malo, todos sufrían de amnesia temporal, se olvidaban mi nombre y me reclamaban que debería portarme bien porque «era el hijo del pastor»
  4. En el colegio también me prohibieron ser normal porque estaba avergonzando a mi papá, que era pastor.
  5. Aprendes mucho sobre liderazgo, las iglesias cristianas son uno de los escenarios más difíciles para ejercer liderazgo. Todos son voluntarios y muchas veces quieren hacer lo que les venga en gana. Ser líder para personas así es un gran reto. Mi papá lo hizo.
  6. La gente espera mucho de ti, no tienes mucho margen de error. Aún piensan que la familia pastoral es una suerte de réplica de la Virgen María, José y el niño dios.
  7. La mayoría de mis amigos «hijos de pastores» no parecen serlo. Yo tampoco parecía.
  8. Cuando decidí asistir a una iglesia sin mi familia, disfruté ser conocido por mi nombre y apellido.
  9. Cuando decidí asistir a una iglesia sin mi familia, disfruté presumir a mis amigos que mis papás son pastores. Se siente muy bien.
  10. Nunca elegí serlo, pero ha sido una de las experiencias que más ha marcado y determinado mi vida.
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